martes, 24 de marzo de 2015

Mermelada artesanal de frutos de los NARANJOS milenarios de una mezquita/catedral - Artisan jam made of fruit from millennial ORANGE trees from the backyard of a mosque/cathedral

Amarga, pero sabrosa, y con miles de años de historia en su base. Los consumidores pueden disfrutar de una mermelada única realizada de forma totalmente artesanal y utilizando los frutos de los naranjos milenarios de la Mezquita Catedral de Córdoba.

Un producto gourmet al alcance de cualquier bolsillo. Se puede adquirir en La Buganvilla, una tienda que vende arte y productos hechos por artistas cordobeses, y ahora también mermelada amarga. Hace aproximadamente un año que al cordobés Fernando Rivas, dueño de La Buganvilla, se le ocurrió la idea de trasladar a la mesa el sabor de la historia gracias al centenar de naranjos que dan la bienvenida a turistas y visitantes del monumento más emblemático de esta capital andaluza. Su socia cogía algunas naranjas de los árboles del Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral cuando pasaba por ella hacia el trabajo para fabricar mermelada casera y, al montar la tienda, pensaron en ofrecer este producto.
Así, llegó a un acuerdo con el dueño del monumento, el Cabildo, para poder recoger este fruto de forma totalmente gratuita a cambio de su retirada y traslado hasta la cooperativa ubicada en el municipio cordobés de Villarrubia, donde una plantilla compuesta únicamente por mujeres se afanan en crear un producto único en la mesa en el que ya han puesto su mirada el público anglosajón, que es su principal demandante. "Quien compra la mermelada de naranja amarga es el turista anglosajón. Los españoles no somos demasiado consumidores, nos gusta más la dulce", apunta Fernando Rivas. El etiquetado de la mermelada recoge el certificado de procedencia firmado por el deán de la Catedral.
Receta artesanal
La receta es muy sencilla: se mezcla un 50 por ciento de la pulpa de esta naranja, que previamente se ha pelado y quitado las semillas una a una, con la misma proporción de azúcar. El resultado es una mermelada amarga que, aun así, resulta muy agradable al paladar. La receta surgió de una tradición familiar que contaba con aportes ingleses.
Se trata de un producto gourmet del que se pone a la venta un reducido número de tarros, dado que la fruta proviene de un centenar de naranjos. La producción es muy limitada. El año pasado, se pusieron a la venta 1.236 tarros de 250 gramos. Sin embargo, la gran demanda ha hecho que los impulsores de esta iniciativa se estén replanteando el formato en el que vender este año este producto.
Rivas apunta a la posibilidad de vender la mermelada en frascos de 100 gramos porque son más fáciles a la hora de transportar por el turista y para así también llegar a más público, aunque aún no hay nada decidido. "La producción es la que es porque solo hay un centenar de naranjos en la Mezquita", señala éste. Por ello, de momento descartan exportar esta mermelada única. En la actualidad, no obstante, están hablando con tienda de productos gourmet de Málaga y Madrid que están interesadas en comercializarla.
Fernando Rivas recomienda utilizar esta mermelada en el desayuno, en la tostada, aunque también "va muy bien con queso". Los anglosajones, apunta, "la toman con todo".
Fuente: Toñi Caravaca (http://www.elmundo.es/andalucia/)

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