viernes, 17 de abril de 2015

FRESA (FRUTILLA): La fruta prohibida para los cubanos - STRAWBERRY: The forbidden fruit for Cubans

La fresa es la fruta prohibida para los cubanos. Su limitada producción nacional es para turistas y para los jerarcas de verde olivo. El Estado limita la producción, pues ésta se cotiza a 2.40 euros/kg en el mercado internacional. Dicen algunos que se introdujo en la Isla en 1965. Han pasado 50 años y aún el pueblo cubano no puede consumir esta exquisita frutilla.

En la finca Calipso no pueden dar entrevistas a periodistas que no vengan acreditados. Tampoco está permitido tirar fotos (Fotos Isis Márquez)

Bondades de la fresa
La fresa es una fruta de ciclo corto y es rica en vitamina C. Sus compuestos tienen un alto poder antioxidante, así como incrementa la actividad anticancerígena, y previene el envejecimiento cerebral. En febrero Cubanet tuvo la oportunidad de hablar con los vendedores Kolia Morejón y Jorge Aspen, quienes indicaron: “Estamos aquí porque nuestro cliente nos dejó embarcado. Tenemos que vender los productos a los transeúntes antes que se deterioren. Vendemos el pote chiquito a 1 CUC, el grande a 3 CUC.
TESTIMONIANTES VENDEDORES  DE FRESA, KOLIA MOREJON Y JORGE ASPEN 0 (1)
Kolia Morejón y Jorge Aspen

La odisea de la fresa
Cubanet decidió investigar donde se cultiva la fresa, con el objetivo de indagar el cómo y porqué el pueblo no tiene acceso a comprar para su mesa la “fruta prohibida”.
Primero se llega a la comunidad “Las Cañas”, ubicada en la frontera entre Alquízar y Artemisa. Luego hay que transitar por la carretera La Roncha. A partir de ahí es donde comienzan las comunidades llamadas Maravilla, Calipso, Neptuno y La Pluma. En estos lugares inaccesibles es donde se cultivan las fresas. Estas fincas particulares pertenecen a la Cooperativa “Rigoberto Corcho”, de Artemisa.
En la finca Calipso, apenas hablé con el productor Nadir Jiménez, éste dijo: “Lo siento, no podemos dar entrevistas a periodistas extranjeros que no vengan acreditados con una carta de la Delegación Municipal de la ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños) en Artemisa, o bien con una carta certificada del Ministerio de la Agricultura. Tampoco está permitido tirar fotos a los cultivos. Lo siento mucho, no puedo ayudarte”.
Luego, en la finca La Pluma, pude conversar con un vendedor identificado como Julio Cesar Frías: “La fresa es un producto exclusivo para las mesas y la repostería de los Hoteles 5 estrellas, y para algunos contratos especiales establecidos con los bares y restaurantes privados”.
Y aseguró: “No podemos comercializar la fresa para la población. Los inspectores nos ponen 1000 moneda nacional de multa, y nos decomisan las fincas. Salir a La Habana a vender 1 lata (5kg) equivale a esquivar los puntos de control, la policía, los inspectores y el mismísimo diablo”. Frías finaliza: “Cuando logramos sobrepasar los controles, en La Habana vendemos los potes de helado a 1 CUC y el grande a 3 CUC”.
En la carretera La Roncha me encontré con una pareja que prefirió no identificarse, y que recién habían adquirido un pote de 3 CUC. Éstos dijeron: “La fresa que se produce es para la gente de confianza de la zona. Si tienes amigos, buenos contactos con los ‘mandamases’ del negocio y la ANAP municipal, te puedes dar el lujo de venir y comprar. Recomendamos que ningún extraño se acerque a nada por acá si no viene bien ‘avalado’.”
Más adelante un transeúnte identificado como Norberto Joel Batista, añadió: “La fresa es solo para los gobernantes de este país, los turistas, los militares y la nueva burguesía. Para nosotros no cabe la posibilidad de comprarnos la fresa. La fresa definitivamente es la ‘fruta prohibido’ del cubano.”
 
Fruta para privilegiados
Luego, de nuevo en la ciudad, entré al snack bar “Betty Boom”, con estilo y diseño muy norteamericano, que está en la avenida 3ra y calle 60. Allí consumí un refresco de fresa frappé que costó 2.80 CUC la copa grande. Los clientes obviamente eran extranjeros y cubanos privilegiados. Al agricultor que lo agarren vendiendo a la población la fresa que cultiva, le imponen una multa de 1000 CUP (moneda nacional) y le decomisan la tierra.
 
Fuente: Isis Márquez (http://www.cubanet.org)

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