Cada vez se come más por los ojos que por la boca. Todo aquello que no tiene un tamaño adecuado y un color atractivo se desecha.
Foto de: http://www.zoes.es |
Mucha de la fruta que hace unos 15 años se clasificaba por calibre —y en función del mismo, por precio— ha ido dando paso a una uniformidad en los estantes de los supermercados que desemboca directamente en que entre un 20 y un 30% de la fruta se tire a la basura porque no llega al tamaño considerado hoy adecuado para comercializarlo, o porque presenta manchas, malformaciones en la piel y otras irregularidades que los mayoristas rechazan.
Se trata de un problema de nuestro tiempo que da más importancia al continente que al contenido. Hoy se busca "calibre, color y sabor", certifica Manuel Altava desde la experiencia que le da la gerencia de Supra, la comercializadora creada en 1983 en Tocina (Sevilla, Andalucía), por la que pasan anualmente casi 33.000 toneladas de cítricos, frutas de hueso y caquis. La comercializadora es propiedad de las familias Cañamás, que ostenta el 80% del capital y oriunda de Valencia, y Altava, con el 20%.
"Manuel Altava explica que la fruta que se desecha puede presentar alguna malformación o tener un calibre pequeño. "Esto no ocurría hace 15 años cuando el 40% de la producción era de primera calidad y su precio casi duplicaba el que se paga ahora", señala. Aclara que "antes se vendían todos los calibres y varios tipos de calidad y subraya que "hoy si no se consigue que el 75% de la cosecha se comercialice, la cosa se pone fea".
Fuente: http://www.cronicadechihuahua.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario