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Las 2.338 millones de toneladas proyectadas por Fedefruta para el 2016, son la cifra más baja de exportaciones chilenas de fruta fresca desde el 2006. Desde el año 2002, además, que la uva de mesa no registraba números tan bajos de exportación. La manzana, a su vez, cedería su puesto a los arándanos en términos de valores FOB. Fedefruta despliega un ciclo de encuentros frutícolas en las regiones para abordar la situación con los productores, puesto que es necesario encontrar nuevos nichos de negocio frente a este escenario de tendencia a la baja en los envíos. Éstos parten la próxima semana en las regiones Metropolitana y del Maule. Definitivamente, las heladas del 2013 -en medio de la sequía- marcaron un antes y un después para la fruticultura chilena, porque desde ese momento que la industria no ha logrado recuperarse del todo en cuanto a los volúmenes, principalmente debido a factores climáticos que han consolidado una baja en las exportaciones.
Aquello es lo que estima Fedefruta en base a su proyección de fin de temporada, que revela no sólo una disminución del 4% en las toneladas enviadas de fruta fresca en relación al 2015. “La fruticultura chilena viene marcando una tendencia a la baja en sus exportaciones desde las heladas de septiembre de 2013, por ese mismo y otros factores climáticos posteriores como primaveras húmedas y lluvias en cosecha, además de la sequía”, concluye el presidente del gremio, Ramón Achurra, al revisar los datos que señalan que las exportaciones chilenas han caído en un 13,6% desde el 2013, año peak en los embarques frutícolas. Las 2.338 millones de toneladas proyectadas por Fedefruta para el 2016, son la cifra más baja de exportación de estos productos desde el 2006, año en que se enviaron 2.257 millones a los mercados. “La fruticultura chilena se ha devuelto unos diez años atrás en cuanto a volúmenes, pese al crecimiento en especies como arándanos, cerezas y frutos secos en este tiempo”, afirma Achurra.
Uvas, pomáceas y nueces
Basta decir que las exportaciones de las dos principales especies frutícolas del país, la uva de mesa y la manzana, que representan más del 60% del total de los envíos nacionales de fruta. La proyección de Fedefruta espera que la uva cierre con 670 mil toneladas exportadas, una caída del 10,8% con respecto al año pasado y el volumen más bajo desde el 2002, cuando se enviaron 655 mil. Asimismo, no se espera que las manzanas superen las 580 mil toneladas de embarques, lo que significa una baja del 7,7% en relación al 2015, año que ya había anotada una disminución importante del 23,4% en comparación al 2014. Es más, si las estimaciones se cumplen, las manzanas cederían su segundo puesto a los arándanos en cuanto a valores FOB, con estos berries llegando a los USD 545 millones FOB (USD 35 millones por arriba). Otras pomáceas afectadas serán las peras, con una baja estimada de un 13% en las exportaciones, llegando a 125 mil toneladas luego del récord de 144 mil el 2015. Además, en cuanto a las nueces, que superaron la barrera de las 50 mil toneladas el 2015, se espera que las lluvias de abril hayan causado una caída del 12,1% en sus envíos este año, según las proyecciones más optimistas del gremio.
Otras frutas
Por su parte, este año los cítricos moderarán su crecimiento luego de un 2015 excepcional en que las exportaciones de naranjas, limones, clementinas y mandarinas subieron un 33%. De este modo, el gremio estima para este año un alza del 4% en estas frutas. En paltas (aguacates), Fedefruta proyecta un alza del 22,2% en la exportación, de 90 mil a 110 mil toneladas, debido a los precios más atractivos en los mercados externos, en lugar del interno que siempre ha competido con los destinos internacionales.
¿Qué hacer?
Fedefruta ha llevado este tema de la tendencia a la baja en las exportaciones a autoridades como el Ministerio de Agricultura y la banca, de la misma forma que lo hará en sus encuentros regionales con productores frutícolas en la Región Metropolitana (21 junio, Monticello) y El Maule (23 de junio, Curicó), donde se contemplarán nuevas estrategias productivas y nichos de negocio innovadores para salir adelante financieramente de esta situación que ya es tónica de los últimos años. “Por una primavera húmeda y lluvias en plena cosecha, hubo fruta que no pudo exportarse debido a que perdió la capacidad para viajar por 30 días y llegar en condiciones óptimas a sus mercados, pero no así su sabor ni calidad”, comentó Achurra. “Es fruta que podemos ocupar para otros nichos de negocio y es importante que podamos acordarlo como industria con nuestros asociados”.
Rodrigo Echeverría, productor de uva de mesa de la zona de Los Andes, en el valle de Aconcagua, quien coincide con la situación y explica que ésta no se debe a problemas económicos o de mercado, sino que el culpable es el clima. Echeverría además señaló que existe un problema de fondo, y es que en otros años al haber una menor oferta, había un alza de precios, pero este año al tener un producto con exceso de humedad no se ha producido el mismo efecto en cuanto a los precios de uva de mesa.
Por otro lado, indicó que Chile se enfrenta a otro problema, y es que ahora hay muchos competidores como Perú, Brasil, Sudáfrica, e incluso Australia. “Ya no somos la potencia que fuimos hasta hace unos 5 o 6 años atrás”. Como medida, Rodrigo Echeverría sugiere que “hay que conocer la situación climática de la que estamos siendo partícipes. Ya tenemos que considerar que al menos vamos a tener una o dos lluvias en la temporada de verano, por lo tanto hay muchas situaciones que debemos empezar a prevenir”. Agregó que se está viendo la forma de poner conos sobre los racimos y tener parrones con cubiertas, “proteger es la única alternativa si queremos tener nuestro producto en el mercado” y señaló que la protección química contra hongos, ya no es suficiente con la cantidad de lluvias que hay en el país.
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